viernes, 2 de febrero de 2007
Caleao y Arbón
CARTA A MEDIOS DE COMUNICACIÓN (2007)
Por Tomás García
Tema:
- declaraciones recientes de la Sra Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, sobre las grandes obras hidráulicas en Asturias. (presa de Caleao y trasvase del embalse de Arbón a la costa occidental.
- Las contradicciones del Sr. Marquínez, presidente de ACUNOR (aguas de la cuenca del norte)
“Si hay alternativa, la presa de Caleao no se hará”. Estas recientes y sensatas declaraciones, de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, no deberían pasar desapercibidas en todo Asturias. Tal es la orientación de la política de aguas del actual gobierno, que en aplicación de la Directiva Marco de Agua de la UE, quiere “poner freno a las grandes obras hidráulicas” planteadas en el Plan Hidrológico Nacional del PP, “cuando no había determinadas preocupaciones” medioambientales.
Los criterios que defiende la Sra Narbona son de carácter general, y conciernen tanto al embalse de Caleao como al trasvase de Arbón. La Sra Ministra es categórica al respecto: “no a las grandes obras siempre que no se demuestre su necesidad y no exista ninguna alternativa mejor”.
El trasvase del embalse de Arbón a la costa occidental es una de esas grandes obras a las que tan clara y explícitamente se refiere la Sra Narbona: (30 millones de €; bombeo a 200 m.; un macrodepósito de 25.000 m3; una plata depuradora; 6 depósitos de cabecera y 70 km. de calanizaciones), para la que no se han buscado alternativas. Ni siquiera se ha demostrado su necesidad mediante los estudios pertinentes. Los que conocemos bien la zona, sabemos que no falta agua en la costa occidental, ni siquiera en los días más secos y poblados del verano. Al contrario, se derrocha el agua sin miramiento alguno, y lo hacen sobre todo los depósitos municipales y las redes de distribución. Solucionando estos elementos e introduciendo políticas de ahorro se podría ahorrar fácilmente hasta un 70% del agua consumida, en beneficio de las actuales fuentes de abastecimiento. Es lo que hacen los países más avanzados del centro y norte de Europa en los que llueve más que en Asturias. Y resulta además que las necesidades serán cada día menores puesto que la comarca está en un proceso de fuerte declive demográfico.
La finalidad de esta obra faraónica no puede ser otra que la de llevar agua abundante para campos de golf y urbanizaciones especulativas en toda la costa. Para muestra: el proyecto de Tapia de Casariego en Serantes, de ampliar el campo de golf y recalificar 170 ha para construir 3.000 chalets en un pueblo de menos de 200 familias. ¿Al servicio de qué intereses hace ACUNOR esta gran obra?. Desde luego, no a los del desarrollo sostenible de esta comarca tan deprimida ni contra el calentamiento global, porque este tipo de actuaciones, no sólo conllevan la destrucción del territorio y de su riqueza natural que es su principal atractivo económico-turístico, sino que tienen también nefastas consecuencias para el clima y para la economía autóctona, en particular para los sectores hotelero y constructor.
Pienso que el modelo hotelero de turismo experimentado en Taramundi y Los Oscos, puede ser una alternativa sostenible para esta comarca “siempre y cuando no se desarrolle hasta cotas enormes” , como bien dice el Sr. Jorge Marquínez en la revista FUSIÓN de febrero de 2003. Sin recurrir a la insoportable levedad del ser humano y a su capacidad de conversión o de ceder a determinados intereses, resulta difícil de entender que el Sr. Marquínez, hoy Presidente de ACUNOR, haya dado un vuelco tan radical y se ponga ahora a defender el trasvase de Arbón al servicio del modelo turístico urbanizador de cotas enormes. Es sospechoso que pretenda además hacerlo con argumentos propios de la Nueva Cultura del Agua. Quien quiera sirva al diablo si lo desea pero, por favor, no lo haga en nombre de Dios porque, a parte de no ser bonito, es una falta de respeto a los ciudadanos.
Los poderes públicos tienen la obligación ineludible de favorecer el equilibrio territorial de la región, de preservar el patrimonio natural y de promover un desarrollo sostenible y creador de riqueza estable para evitar que el occidente siga despoblándose. Entiendo, con la Sra Narbona, que toda actuación pública (no solo las grandes obras) ha de responder a criterios de necesidad, barajar varias alternativas y optar por la más económica y de menor impacto. Este proyecto de trasvase en el occidente carece de estos elementales requisitos legales y de ética democrática.
A todos los asturianos, amantes de su tierra y partidarios del equilibrio territorial de la región y del uso racional y moderno del agua, les pido que apoyen a los colectivos que luchan en contra de esta gran obra irracional y que se sumen a ellos en su exigencia de paralizar el trasvase y de dedicar el dinero a obras realmente necesarias.
Tomás García González
Profesor de Sociología
Universidad Autónoma de Barcelona
2 de febrero de 2007
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