sábado, 25 de marzo de 2006

Multitudinaria protesta dijo NO al traslado de ENCE a Paysandú

Lunes 25 de septiembre de 2006

Fuente: (www.quiendebeaquien.org)

Miles de vecinos de Colón y de localidades cercanas se concentraron a las 15:00 de este domingo en la plaza Washington, de Colón, para marchar hacia el puente internacional "Gral. Artigas", que une a esta ciudad con Paysandú. Ante la falta de inspectores que organicen el tránsito, fue un poco confuso el inicio de la caravana, en la que participaron unos 800 vehículos. Pero los mismos manifestantes lograron luego organizarse en la marcha en la que se sumaron, automóviles, motos, bicicletas y peatones, sumando más de tres mil personas en una de las protestas más multitudinarias de la historia local. La caravana llegó hasta la ruta 135 y es utilizó como estacionamiento las inmediaciones del destacamento de Gendarmería (ex puesto de control aduanero). Había vehículos estacionados desde allí hasta cerca del acceso a la Escuela Agrotécnica. A partir de ese lugar, la marcha continuó a pie hasta la cabecera argentina del puente internacional, donde se había montado un palco. Debido a lo largo del trayecto, algunos pocos no pudieron caminar hasta el lugar, pero si llegaron miles de manifestantes con banderas y pancartas. Varios dirigentes locales de los ambientalistas se sucedieron como oradores en el acto. Unánimemente objetaron la instalación de las papeleras en la costa uruguaya de Fray Bentos y advirtieron que no estarán dispuestos a que la empresa ENCE relocalice su proyecto en las inmediaciones de Paysandú. Entre los oradores también estuvieron un vecino de Paysandú y estudiantes de la Escuela Agrotécnica. Tal como lo habían solicitado los organizadores, en la manifestación no hubo pancartas que identificaran a sectores políticos. Entre los manifestantes pudo observarse algunos dirigentes de la zona, como los intendentes de Villa Elisa, Marcelo Monfort, y de C. del Uruguay, Marcelo Bisogni, como también el senador colonense Mariano López, entre otros. Cabe mencionar que los mismos participaron con sus familias, como vecinos, y en ningún momento fueron identificados o se dieron a conocer públicamente. El acto se prolongó hasta las 17:30 y los manifestantes se disgregaron sin inconvenientes, volviendo a liberar el tránsito sobre el puente, el cual estuvo cerrado por un par de horas.

LA MANIFESTACIÓN EN GUALEGUAYCHÚ


En la ciudad de Gualeguaychú también se realizó ayer domingo una caravana en rechazo a la instalación de las papeleras en el Río Uruguay. Desde las 15:00 una extensa caravana recorrió la ruta internacional 136 y a las 17 y posteriormente se leyó un manifiesto en la cabecera argentina del Puente Internacional "General San Martín" Según estiman los organizadores, alrededor de 25 kilómetros de caravana compacta y aproximadamente 7.500 vehículos participaron en la jornada, ya que "mientras los primeros autos estaban llegando a la cabecera del Puente, todavía había vehículos marchando por la ruta internacional 136" destaca diario El Argentino de Gualeguaychú. En el manifiesto leído en la cabecera argentina del Puente Internacional, la Asamblea Ambiental señaló que no les dará la licencia social a las empresas ENCE y Botnia y remarcó que "la ruta internacional 136 es una ruta argentina y la comunidad de Gualeguaychú la utilizará de la forma y en el tiempo que considere oportuno". Pasadas las 18:00 comenzó la caravana de regreso a la ciudad, aunque mucha gente se detuvo en Arroyo Verde, símbolo emblemático de la lucha de la ciudad.

Nuevos cortes de ruta por las papeleras del río Uruguay A pesar del traslado de ENCE, vuelven los cortes de rutas

Rubén Benedetti | Lunes, 25 de septiembre de 2006 a las 3:51 Luego del anunciado traslado de las obras de la española ENCE, los ambientalistas y vecinos de la ciudad argentina de Gualeguaychú volvieron a protestar cortando la ruta internacional con una caravana de vehículos que bloqueó el tránsito internacional con Uruguay, reclamando la relocalizaciónd de la pastera de la finlandesa Botnia.

Tras el anuncio de la española ENCE de cancelar las obras de su planta de producción de pasta de celulosa en la localidad uruguaya de Fray Bentos, y su relocalización en las proximidades de Paysandú, los ambientalistas y vecinos de las ciudades argentinas de Gualeguaychú y Colón volvieron a movilizarse, reclamando que la finlandesa Botnia también desista de construir su planta y pidiendo estudios de impacto ambiental serios para la relocalización de la pastera de ENCE.

Poco antes de las 15 del domingo, los manifestantes iniciaron una caravana con automóviles, camiones y bicicletas ocupando los dos carriles de la ruta que vincula Gualeguaychú con el puente Internacional, en el que permanecieron hasta el anochecer, obstruyendo la circulación de vehículos por el mismo. Según la Gendarmería Nacional, los vehículos que marcharon en la protesta sumaron unos 2.500, y la caravana se extendió por unos siete kilómetros. Al mismo tiempo, el mismo procedimiento se puso en práctica en el camino que conduce al Puente Internacional General Artigas, en cercanías de la ciudad de Colón, de manera que se cortaron dos de los tres pasos terrestres que unen Argentina y Uruguay.

Desde el gobierno argentino se volvió a mostrar tolerancia con los cortes de rutas, que motivaron el reclamo uruguayo ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández cargó elípticamente contrael gobierno uruguayo, afirmando que confía que «de ahora en adelante», sea respetado el Tratado bilateral sobre el Río Uruguay, cuando se discuta la relocalización de la planta de ENCE, mientras la Secretaria de Medioambiente, Romina Picolotti, afirmó que la planta de Botnia también se tiene que trasladar. Picolotti, recientemente designada en el cargo, fue anteriormente abogada representante de los grupos de vecinos que en Gualeguaychú se movilizaron contra la construcción de las plantas de celulosa sobre la costa del río Uruguay.

Marcha contra papeleras 24 de septiembre de 2006

Miles de entrerrianos salieron a las rutas


GUALEGUAYCHU (DyN) — Miles de pobladores de Gualeguaychú y Colón volvieron a movilizarse ayer para exteriorizar su rechazo a la instalación o eventual reubicación de empresas papeleras europeas en territorio uruguayo, pero justo frente a esas ciudades entrerrianas. La protesta se desarrolló sobre las rutas 136 y 135 que, respectivamente, conducen a las cabeceras de los puentes internacionales que llevan hacia Fray Bentos (General San Martín) y Paysandú (General Artigas). La caravana de Gualeguaychú fue estimada por Gendarmería en 3.500 vehículos, que recorrieron el tramo lentamente y ocupando ambas manos de la carretera. La medida impidió la circulación fronteriza tanto de ida como de vuelta desde las 14 y hasta las primeras horas de la noche. A bordo de un millar de rodados de dispares portes y capacidades, otras 5.000 personas hicieron lo mismo en Colón, unos cien kilómetros al norte de la capital del carnaval. "Si no lo para La Haya, lo paramos nosotros" y "No más promesas, Gualeguaychú de pie", planteaban no pocos carteles y afiches. Al arribar a la cabecera del puente San Martín, un dirigente ambientalista leyó un comunicado para reiterar el rechazo a la radicación de Botnia y ENCE en la margen oriental del río Uruguay por su elevado impacto contaminante. "Volvimos a la ruta para reafirmar nuestro rechazo a las plantas celulósicas en la cuenca", resaltó la declaración, englobando la posición contraria a un posible traslado de ENCE a Paysandú. También reiteraron su reclamo al Banco Mundial para que no le otorgue créditos. Aunque la salida de la empresa española de Fray Bentos es vista como un triunfo parcial, el dirigente Martín Alazard aclaró que ahora el objetivo es Botnia. La asamblea de Gualeguaychú —ciudad del sur entrerriano que tiene 80.000 habitantes— reiteró la solicitud para suspender el dragado del río Uruguay porque esa medida favorecería el desplazamiento de barcos hacia las fábricas de celulosa. En lo que se interpretó como un mensaje al gobierno uruguayo —que demandó a la Argentina ante el Mercosur por los cortes de ruta—, los asambleístas sostuvieron: "La 136 es una carretera argentina y los vecinos de Gualeguaychú la usaremos cuantas veces sea necesario hasta que se vayan las papeleras". La voz cantante de los 30.000 pobladores de Colón fue Carlos Serrati. "Desde nuestra ciudad se ve Paysandú y la gente tiene miedo por la posibilidad de que ENCE se instale allí", comentó. Los dos actos culminaron con la entonación del himno nacional para, seguidamente, iniciarse la desconcentración con una modalidad similar: ocupar las dos manos y emprender lentamente la vuelta hacia Gualeguaychú y Colón.

Ambientalistas marcharon contra las papeleras


En Gualeguaychú se formó una columna de 25 kilómetros de autos, mientras que en Colón se movilizaron unas 3.000 personas. Las caravanas afectaron la circulación por los dos puentes internacionales que unen esas ciudades con sus vecinas uruguayas.

Gualeguaychú.- Las asambleas ciudadanas de Gualeguaychú y de Colón marcharon ayer en sendas caravanas hacia los puentes internacionales que comunican esas ciudades con Uruguay, para festejar el anuncio de la relocalización de la pastera española Ence y reclamar que Botnia siga el mismo camino. Sin embargo, la noticia sobre la reubicación de la planta española fue tomada con ciertos reparos, debido a que algunas versiones indican que su nuevo destino se encontraría en la ciudad uruguaya de Paysandú, frente a Colón. Debido a ello, durante la protesta, se leyó un documento que advirtió que las asambleas ambientales no darán licencia social a las pasteras, e incluso, el gobernador Jorge Busti indicó -en declaraciones radiales- que la relocalización debería ser hacia el sur de Fray Bentos o al norte de Punta del Este, hacia el mar. Las movilizaciones comenzaron minutos antes de las 15. El coordinador de la asamblea de Gualeguaychú, Osvaldo Mossou, informó que apenas iniciada la protesta la ruta 136 registraba una fila de vehículos de ocho kilómetros, sobre ambas manos, que luego se convertiría en una imponente hilera de 25 kilómetros de autos -unos 2.500 vehículos-. “La gente tiene muchas ganas de festejar porque ve que algo se puede hacer”, señaló Mossou en alusión a la decisión de la industria española Ence, y estimó que la lucha está ganada en un 50%. La caravana de Gualeguaychú recorrió la ruta internacional 136, y cuando llegó a la cabecera argentina del Puente Internacional General San Martín, cerca de las 15, se leyó un manifiesto en el que se ratificó la oposición a la construcción de las pasteras. Además, la Asamblea remarcó que la ruta 136 es una ruta argentina y que la comunidad de Gualeguaychú la utilizará de la forma y en el tiempo que considere oportunos. Luego de la lectura del documento comenzó el regreso a la ciudad, aunque en el trayecto muchos manifestantes elegían detenerse en Arroyo Verde, símbolo de la oposición a las plantas, ya que allí se apostaron las carpas durante los cortes de ruta del primer trimestre de este año. En tanto, a la misma hora se manifestaron los asambleístas de Colón, que marcharon desde la plaza principal de la ciudad hasta el Puente Internacional General José Artigas, que une la ciudad entrerriana con Paysandú. Los ambientalistas de Colón estimaron que 3.000 personas participaron de la movilización, una cifra que, señalaron, nunca se había visto en esa ciudad. (NA)

“Esa planta no puede quedar ahí”

Tras el anuncio de la mudanza de Ence, Romina Picolotti le dijo a Página/12 que el ahogo financiero, la movilización social y el fallo de La Haya serán decisivos para que la papelera finlandesa siga el mismo camino. Anunció un proyecto para exigir licencia social a las empresas.

Por Irina Hauser Había pasado la tarde del sábado en la Cancillería en una reunión con el equipo que representa a la Argentina en la Corte de La Haya. De ahí, la secretaria de Ambiente, Romina Picolotti, salió envalentonada: “Ahora nuestro objetivo es Botnia”, dijo. La funcionaria se mostró complacida con la noticia del traslado de la papelera Ence pero cree que no arregla el problema. La mayor amenaza de contaminación, sostuvo en diálogo con Página/12, está en la pastera finlandesa. El Gobierno, anunció Picolotti, jugará todas sus cartas para que esa empresa relocalice su planta. Hay tres factores, explicó, que serán determinantes: la movilización social, la decisión pendiente del Banco Mundial de financiar o no el proyecto, y el fallo, en 2007, del tribunal internacional.

¿La mudanza o salida de Ence es una solución?

No, de ninguna manera. Nosotros seguimos sosteniendo que Botnia no puede quedarse en ese lugar, por el impacto que va a tener en la calidad de las aguas, debe relocalizarse. Las empresas tienen que acompañar los procedimientos de desarrollo de los pueblos, no ir en contra de eso. Por eso es muy buena la decisión de Ence. Demuestra que Argentina tenía razón y legitima el reclamo de la gente de Gualeguaychú. En Europa hay una cuestión clave que es la licencia social. En la Secretaría de Ambiente estamos trabajando en un proyecto de legislación que la contemple.

¿Qué es la licencia social?

Es el permiso que le da la sociedad a un emprendimiento que va a afectar rotundamente sus usos y costumbres. Estamos trabajando en un proyecto que lo relacione con el impacto ambiental. La participación pública tiene un valor fundamental. No puede ser que venga una empresa y diga: me voy a instalar acá y éste va a ser el impacto. Antes de que el Estado autorice debe haber una instancia de intervención de la sociedad. En realidad, hay dos proyectos, uno en el Senado y otro Diputados y nosotros estamos haciendo un dictamen. Es un tema muy importante también para las empresas en cuanto a su seguridad jurídica. Mire lo que le pasó a Ence después de haber hecho una inversión tan importante.

¿Qué factores pesaron en la decisión de Ence? ¿La protesta, la negociación con el gobierno argentino o los créditos que el Banco Mundial mantiene en suspenso desde hace un año?

Cuando un presidente se une al pueblo en un reclamo, es muy difícil que las empresas puedan sostener una postura omnipotente como han pretendido Botnia y Ence. Pero existe una conjunción de factores. Hay un hecho importantísimo, que yo viví cuando no estaba en el Estado sino en el movimiento social de Gualeguaychú. Vi la importancia de que el gobernador (Jorge) Busti tomara el caso como gobierno e impulsara la lucha, y que luego lo tomara el Presidente. Esto fortaleció el reclamo de un modo impresionante. Me refiero a la estrategia jurídica, ya que nunca podíamos haber ido a La Haya sin el Estado, y la estrategia financiera, ya que no es lo mismo que se pare la gente sola frente al Banco Mundial que lo haga con un Estado que es accionista. En la decisión de Ence, entonces, se juntan varias cuestiones: la falta de licencia social, el reclamo ante La Haya, el ahogo financiero. Para la empresa, así, no es un buen negocio.

¿Botnia no sale fortalecida con el nuevo escenario?

No, creo que la debilita enormemente. ¿Por qué va a ser un buen negocio para Botnia lo que no es un buen negocio para Ence? Se dedican a lo mismo, en el mismo lugar. En la página web de la Corporación Financiera Internacional (CFI), dice que uno de sus objetivos es promover negocios en lugares donde haya una situación social amigable para los emprendimientos. ¿Usted invertiría un centavo en Botnia y Ence con una sentencia de la Corte de La Haya que dice que la pueden desmantelar si el Estado argentino prueba determinado daño? ¿O donde hace tres meses hay una protesta de cien mil personas en un puente quejándose por su instalación? Yo no invierto un centavo. El mercado también reacciona, de hecho hubo impacto en las acciones de Botnia y la empresa ahora está parada por los sindicatos. No es un buen lugar para hacer negocios.

¿El gobierno argentino sabe dónde se muda Ence o si directamente se va?

No sabemos. Ni siquiera tenemos una notificación oficial de la decisión de la empresa. Hay versiones contradictores sobre si se queda o si se va.

¿Si se relocalizara, da lo mismo que sea en Paysandú, Soriano o Rocha, que son los lugares que se mencionan?

Es lo mismo en cuanto al marco jurídico, que establece cómo Argentina y Uruguay han decidido compartir el uso del río Uruguay. Ante cualquier emprendimiento sobre ese río (podría ocurrir en Paysandú y Soriano) se debe implementar el proceso previsto en el estatuto, de consulta e información entre los países. Además, la empresa tendrá que gestionar otra vez los créditos. Todo el proceso vuelve a foja cero, cualquiera sea el traslado, si es sobre el río Uruguay o dentro su ecosistema.

¿Cuántos kilómetros abarca ese ecosistema?

En la secretaría utilizamos el concepto de cuenca, como en el Riachuelo. El río no es el hilo de agua que se ve. Son los afluentes y todo lo que hace que ese río sea como es. En este caso se puede hablar de unos 40 kilómetros, que es lo que declaró Botnia como radio de impacto ambiental directo. Es curioso que esto abarca, del lado uruguayo, un sitio protegido por su importancia en cuanto a un humedal.

¿Qué va a hacer el Gobierno en relación a Botnia?

Seguimos con la misma posición: se tiene que trasladar. El impacto de Botnia es el más importante, es la planta más grande.

¿Hay alguna conversación con la empresa?

Cuando yo aún no estaba en la secretaría recibí varias invitaciones para conocer sus plantas. Cortésmente le contesté que no tenía problema en conocer una planta en un país en vías de desarrollo y con la misma capacidad de producción. No me interesaba ver una pastera en Finlandia. Y hace una semana Botnia envió una invitación a la asamblea de Gualeguaychú y al Centro de Derechos Humanos y Ambiente (Cedha) para la inauguración de la nueva planta. Da la sensación de que o tienen muy mala gente a cargo de las relaciones institucionales o no entienden la gravedad del conflicto.

¿Desde el Gobierno prevén algún contacto con la empresa o con el gobierno finlandés?

A través de Cedha y la asamblea de Gualeguaychú se hizo una demanda contra el Estado finlandés ante la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que tuvo apoyo del Gobierno. La demanda fue aceptada. Pero no conozco si hubo conversaciones o si habrá.

¿El futuro de Botnia de qué depende?

De la Corporación Financiera, de La Haya y también de la movilización social. Son los tres pilares de la defensa del río Uruguay. Lo que estamos tratando de defender los argentinos desde el primer momento es un bien que nos pertenece a todos. Es de interés público, es un río que usamos ambos países, que usa nuestra gente, mientras el Uruguay está empecinado en defender intereses europeos. Si Argentina sale airosa en este caso, ganamos todos, argentinos y uruguayos, nuestros hijos nuestros nietos.

¿Cuándo resolverá la CFI si otorgará financiamiento a Botnia?

La CFI contrató tres consultoras y estaría terminando un nuevo informe sobre el impacto ambiental esta semana. Va a ser revisado por la consultora Hatfield. Luego la CFI tiene que decidir si eleva el caso ante el directorio para que vote si frena o no los créditos. Quizá para diciembre haya una definición.

Botnia dice que los créditos le representan sólo el ocho por ciento del dinero que necesita para construir la planta. ¿Igual es decisivo lo que diga el Banco Mundial?

Botnia dice muchas cosas. Pero lo que diga el Banco Mundial tiene una gran importancia. Botnia ha solicitado créditos también a bancos europeos, incluso a la agencia de exportación de Finlandia, y desde que nosotros obstaculizamos el financiamiento Botnia no recibió ni un euro ni un dólar. El Banco, desde el punto de vista financiero, es como el César. Lo que diga tiene una enorme repercusión en el resto del sistema bancario. La Corte de La Haya ha sido muy clara al establecer que no se puede realizar ningún tipo de acción que agrave la controversia. El Banco Mundial tiene una gran responsabilidad en ese sentido.

¿La mudanza de Ence no debilita la estrategia argentina en la Corte Internacional de La Haya?

De ninguna manera. Nuestra argumentación ante La Haya tiene dos ejes. Por un lado, las violaciones al procedimiento previsto en el Estatuto del Río Uruguay. Eso no cambia si hay una o dos plantas, las violaciones existieron igual. El hecho de que una empresa, pese a la autorización que le dio Uruguay, haya decidido no instalarse, no implica que no se haya violado el procedimiento que fija el estatuto. El otro eje es la afectación de la calidad del río. Esto tampoco consideramos que se modifique de manera sustancial, porque la planta que se traslada es la más pequeña en cuanto al impacto. Y donde está Botnia el río tiene características muy particulares.

¿Qué características? ¿Es más vulnerable?

El río Uruguay es particular en todo su cauce, y en esa zona tiene características específicas de sedimentación, profundidad y de fauna ictícola (peces). Pero no puedo entrar en detalles porque es parte de la prueba que vamos a presentar en La Haya.

Usted hablaba de la importancia de la protesta. ¿Cómo ve la caravana que se hará mañana (por hoy) al puente internacional?

Me parece muy bien que la gente se movilice y que exprese su rechazo a estos proyectos. A lo que me opongo es a los cortes. La asamblea de Gualeguaychú tiene que pensar la movilización social como una herramienta dentro de la estrategia de defensa del río. En ese sentido tiene que evaluar con mucha serenidad cuál va a ser la modalidad que va a tener la movilización social. Un corte de ruta perjudica la estrategia jurídica. Como representante legal que fui de la asamblea, tengo la obligación de ser sincera. Ningún tribunal del mundo ve con buenos ojos los cortes de ruta. Y nosotros estamos intentando convencer a una corte internacional de que Argentina tiene derecho y su reclamo es legal. El corte favorece a Botnia y al Uruguay.

¿Teme que vuelvan los cortes en el verano?

No me gusta manejarme con pálpitos. Espero que Botnia tome la misma actitud que tomó Ence, que tenga sensibilidad social y colabore con la solución del conflicto.

¿Tiene algún indicio de que eso puede ocurrir? La empresa está anunciado su inauguración en 2007.

Cuando empezamos con este caso creíamos que estábamos luchando contra los molinos de viento. Nadie creía, como ahora nadie cree lo del Riachuelo. Pero son reclamos justos y nos asiste la razón. Ahora uno puede pensar, como se trasladará Ence ¿por qué no podría hacerlo Botnia? Lo más importante es que Argentina y Uruguay se paren con dignidad frente al mundo, unidos en protección de su gente, con un proyecto de desarrollo sustentable en ese lugar del río. Que ese lugar que hoy se ve horrible con esa chimenea, sea un lugar turístico, que de igual cantidad de puestos de trabajo que Botnia. Hay alternativas. No es esto o la nada.

¿Buscarán volver a dialogar con el gobierno uruguayo?

La verdad es que el Estado argentino y el uruguayo habían llegado a un acuerdo de paralización de obras, que se cayó por la intransigencia de Botnia. En ese momento el Estado uruguayo notificó expresamente que daba por terminadas las negociaciones bilaterales. Quien debe reabrir el diálogo es el gobierno uruguayo. No creo que lo haga salvo que esté dispuesto a discutir la relocalización. Ojalá.

Ultimamente algunos integrantes de la asamblea decían que no se sentían apoyados por el Gobierno, que no hay control aduanero y Botnia sigue recibiendo insumos.

Lo hablé mucho con la asamblea. No creo que el gobierno argentino haya sido condescendiente con Botnia. Si no pasan mercadería por un lado, la pasan por otro. Nuestra fuerza radica en que el Estado esté unido con el pueblo. Las estrategias, ante La Haya y la financiera, están funcionando muy bien. Yo tuve reuniones con el nuevo director por Argentina en el Banco Mundial, hemos mandado cartas a (Paul) Wolfowitz, hemos ido al Banco. Ahora nuestro objetivo es Botnia, apuntemos al objetivo.

La papelera española trasladará su planta a otro lugar de Uruguay

El presidente de ENCE, Juan Luis Arregui, anunció ayer en Montevideo que la papelera española mantendrá su inversión en Uruguay y que su planta de celulosa -para la que ya se habían movido 3,8 millones cúbicos de tierra y en la que aún no se habían iniciado tareas de construcción- no se hará en Fray Bentos, y será relocalizada en otro lugar de Uruguay.

En su edición del 9 de julio, Clarín informó que el Gobierno argentino negociaba con ENCE la posibilidad de su relocalización, noticia que se reiteró ayer en base a los dichos del vocero oficial de la papelera española.

Si bien se informó que la empresa está analizando dos o tres lugares para su relocalización, aún no se precisó el punto en el que se instalaría. Una de las posibilidades que se maneja con más fuerza es el norte del departamento de Paysandú. En ese punto, del lado argentino no hay centro urbanos de importancia. Además, en ese departamento la empresa tiene plantaciones y dos oficinas administrativas, una muestra más de lo que parece estar dirigido a descomprimir la situación de conflicto bilateral entre Argentina y Uruguay.

Este traslado, según la explicación brindada por Arregui, es por una cuestión de funcionamiento, ya que considera inviable que puedan operar juntas dos empresas de las características de Botnia y de la que él preside. "No puede haber dos plantas en Fray Bentos. Las dos exigirían alrededor de 6 millones de toneladas de material. A 30 mil toneladas por viaje, son 200 mil camiones que tendrían que ir y venir por la misma carretera", dijo.

"Eso en cuanto a la materia prima; para la pasta tendrían que moverse un millón y medio de toneladas, lo que demuestra la imposibilidad de hacer la planta donde estaba previsto". Asimismo, se encargó de dejar en claro que la relocalización "no responde a un tema medio ambiental, ni al conflicto con Argentina".

Arregui dijo además que, en el nuevo emplazamiento (que anunciarían en un mes) la planta podrá producir el doble de pasta de celulosa de la que pensaba en la anterior ubicación: pasaría de 500 mil toneladas a 1 millón.

Precisamente, el argumento de la acumulación de pasta de celulosa entre las dos papeleras (la española y la finlandesa) es uno de los argumentos que el Gobierno argentino esgrimió en su presentación ante la Corte Internacional de La Haya, que luego falló en primera instancia con nuestro país. Por lo que la decisión de ayer era evaluada como destinada a descomprimir el conflicto con Uruguay. En una postura más radical, los vecinos de Gualeguaychú exigen desde un principio el retiro de las dos plantas.

Arregui hizo los anuncios en una conferencia de prensa tras la reunión que, junto a Pedro Oyarzábal, el vocero de la papelera, mantuvo en el Edificio Libertad, sede del gobierno uruguayo, con el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, y el ministro de Industria, Jorge Lepra.

El Gobierno argentino, a través del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien se encontraba ayer en Nueva York, y de la Secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, expresó su satisfacción por la decisión de ENCE (ver Satisfacción….).

Lo mismo expresó el Gobierno uruguayo. El secretario de Vivienda y Medio Ambiente, Jaime Igorra, aseguró: "Quedé satisfecho con las explicaciones de los directivos de la empresa. En lo particular, me comprometo a ayudar a gestionar con rapidez los muchos trámites que la empresa debe realizar para instalarse en el nuevo punto que elijan".

De todos modos, fuentes sindicales de los trabajadores de ENCE -la empresa despidió a 40 de ellos el miércoles- relativizaban anoche la medida y consideraban que la papelera española se iría de Uruguay en el futuro.